Los libros de literatura clásica son el espejo del alma, los lugares, el arquitecto, la sociedad, los artistas, los poetas y los escritores que existieron en los siglos pasados: representan sus tiempos, pensamientos y todo lo relacionado con las edades literarias anteriores. Pero, en este artículo, vamos a leer sobre ¿Por qué más libros contemporáneos y menos los clásicos deben ser asignados por los profesores. Ahora, es posible que muchos de ustedes no estén de acuerdo con esto hasta ahora, porque como amante de los libros o la literatura, seguramente estará obsesionado y apasionado por la literatura clásica. Quiero decir, si me preguntas, elegiría a Shakespeare o Woolf cualquier día sobre cualquier escritor contemporáneo. Entonces, ¿por qué debemos centrarnos en lo contemporáneo?
Si un docente asigna una ficción literaria clásica a los alumnos, lo único que el alumno es capaz de escuchar es la información que los docentes tienen para ofrecer y crear una cierta percepción del escritor, la época, el género, la personalidad del personaje y proceso de pensamiento basado en esa discusión. Pero si se trata de ficción contemporánea, no solo obtendrán una nueva perspectiva sobre los personajes que no han pensado por falta de experiencia. Pero luego también puede sumar puntos a esa clase y tener cierta discusión e incluso debate siendo un estudioso del siglo contemporáneo. Es más fácil relacionarse con los personajes de los libros contemporáneos porque las acciones y los diálogos no serían sorprendentes. Pero leer un dicho clásico sobre la transformación del tradicionalismo a la modernización o la literatura poscolonial no tendría mucho sentido para el estudiante.
Los libros clásicos son clásicos por varias razones: han mantenido los temas de la época que a los maestros generalmente no les gustaría que atravesaran sus alumnos, como temas de misoginia, racismo, homofobia o transfobia. La discusión no se trata de excluir literatura clásica o libros que puedan incomodar a los estudiantes. La literatura a menudo es incómoda porque habla de la realidad, y todos los estudiantes deberían sentirse un poco incómodos al leer libros que solo representan que están leyendo la realidad. Pero, hay una delgada línea entre leer la realidad y leer algo que pueda afectar mentalmente y de mala manera a los estudiantes. Así como hay una diferencia entre clásicos como Beloved, que presenta la incomodidad y los horrores de la esclavitud y sus secuelas porque eso es natural, y leer algo como Lo que el viento se llevó, donde la existencia de esclavos felices no se presenta como un oxímoron sino algo que es perfectamente posible.
Muchos estudiantes dirían que el clásico es difícil de leer debido al vocabulario o la elección del lenguaje arcaico, lo cual es cierto y afecta la parte de comprensión. Porque deja perpleja la mente de un estudiante sobre en qué debe enfocarse, sobre cómo traducir el lenguaje arcaico al uso actual del lenguaje, comprender el vocabulario difícil o el tema, la trama y el personaje. El hecho no es que el estudiante entienda nada si estudia clásicos. Como sugieren todos los filósofos y escritores, es importante conocer el pasado y luego vivir con el presente para tener una mejor conciencia de uno mismo. Pero el punto es entender la ficción. Más libros contemporáneos harán que el estudio sea divertido y fácil, y menos clásicos les ayudarán a conocer a los escritores clásicos, sus temas y a tener menos miedo de entender mucho y fracasar.
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