En el vasto y variado Universo DC existen innumerables dimensiones, cada una de ellas distinta y convincente por derecho propio. Estas realidades alternativas pueden presentar héroes y villanos familiares en roles muy diferentes: miembros de la Liga de la Justicia como vampiros, héroes transformándose en villanos e incluso un mundo donde Superman, el modelo de virtud, es criado nada menos que por Adolf Hitler. Este escenario, explorado en el cómic “Mastermen #1”, presenta una versión escalofriante y fundamentalmente alterada de Superman, y responde a la pregunta (¿Qué pasaría si Hitler criara a Superman?).
El origen: un oscuro giro del destino
La historia comienza con el aterrizaje forzoso de un cohete alienígena en la Tierra cerca de una granja alemana durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial. Descubierto por el Dr. Von Bron y presentado a Hitler, se prueba la durabilidad del cohete y se descubre que es prácticamente indestructible. En el interior, encuentran a un bebé, Kal-El, que sobrevive a los disparos y las balas rebotan en él como inofensivos dardos Nerf. Hitler, asombrado por el poder del niño, lo ve como el arma definitiva: un Superman o "Superman", destinado a servir al régimen nazi.
Una educación distorsionada
Criado bajo la ideología de Hitler, esta versión de Superman crece encarnando principios fascistas. En lugar de los valores de la verdad, la justicia y el estilo estadounidense, Overman representa la tiranía, la discriminación y una búsqueda incesante de dominación global. Sus habilidades sobrehumanas se utilizan para promover estos objetivos opresivos, lo que lo convierte en un formidable defensor de las doctrinas nazis.
El reinado de Overman
Diecisiete años después de su llegada, Overman desata el infierno en Estados Unidos. En 1956, él y las fuerzas nazis destruyeron los símbolos y monumentos estadounidenses y cambiaron el nombre del país a "Germánica". La presencia de Overman asegura el férreo control del régimen nazi sobre el mundo, proyectando una sombra de miedo y opresión. A pesar de esto, un hombre, el Tío Sam, nunca pierde la esperanza.
La lucha personal
Sesenta años después, Overman está atormentado por las pesadillas y el peso de las atrocidades que ha cometido. La muerte de Overgirl, una superhumana compañera nazi, toca una fibra sensible en él, lo que le hace cuestionar sus acciones y el régimen al que sirve. Su esposa, sin embargo, no muestra empatía y lo insta a seguir siendo el orgulloso "hombre de hierro".
La Resistencia
El tío Sam lidera los Freedom Fighters, un grupo dedicado a derrocar a Overman y al régimen nazi. Su lucha ha sido larga y ardua, pero su determinación sigue inquebrantable. Desafían a Overman y sus aliados, incluidas las versiones nazis de Alfred, Batman, Manhunter, Green Lantern, Aquaman y Wonder Woman.
Punto de inflexion
Durante un servicio conmemorativo para Overgirl, la proyección del Tío Sam desafía a Overman, y la bomba humana se sacrifica en un intento de acabar con los líderes nazis. Overman, en conflicto y cada vez más consciente de los horrores del régimen, intenta razonar con la bomba humana capturada. Sin embargo, la bomba se niega a traicionar a la resistencia y prefiere la muerte a la traición.
La batalla final
La historia culmina con una batalla masiva en el bastión nazi, el Nido del Águila. La bomba humana, habiendo almacenado una inmensa energía de sus torturas, se detona, causando una destrucción significativa. La rebelión del Tío Sam continúa golpeando, encendiendo la esperanza en todo el mundo de un futuro mejor.
Overman, al presenciar la caída del Nido del Águila y la devastación de Metrópolis, se siente abrumado por la culpa y el disgusto por sus acciones. Incapaz de reconciliarse con los horrores que ha cometido, finalmente decide abandonar la Tierra para siempre, marcando el final de su reinado y el comienzo de una nueva era de libertad y esperanza.
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