Epic Games, el creador del videojuego enormemente popular Fortnite, vuelve a los tribunales para enfrentarse a los gigantes tecnológicos Google y Samsung. Esta vez, Epic afirma que las dos empresas están conspirando para limitar la competencia en el mercado de aplicaciones móviles al disuadir a los usuarios de descargar aplicaciones fuera de la Play Store de Google y la Galaxy Store de Samsung. La demanda, presentada en un tribunal federal de Estados Unidos en California, plantea inquietudes sobre posibles violaciones de las leyes antimonopolio de Estados Unidos, afirmando que estas prácticas perjudican a los consumidores al restringir la elección y mantener los precios de las aplicaciones artificialmente altos.
El núcleo de las acusaciones de Epic: el bloqueador automático de Samsung
En el centro de esta disputa legal se encuentra una función introducida por Samsung llamada Auto Blocker. Inicialmente implementada a fines de 2023 como una función de seguridad opcional, Auto Blocker fue diseñada para proteger a los usuarios de la descarga de aplicaciones potencialmente dañinas. Sin embargo, Epic Games argumenta que Samsung convirtió esta función en la configuración predeterminada en julio de 2024, lo que dificulta que los usuarios la desactiven o la eludan. Según Epic, esta medida fue una respuesta estratégica a un fallo judicial favorable que recibieron contra Google en diciembre de 2023, que tenía como objetivo abrir la distribución de aplicaciones a más fuentes de terceros.
Epic afirma que Auto Blocker se implementó deliberadamente para reducir el impacto de esta decisión, manteniendo a los usuarios encerrados en la Play Store de Google y la Galaxy Store de Samsung. Al limitar el acceso a aplicaciones de otras fuentes, Epic cree que Samsung y Google están sofocando la competencia, impidiendo que las aplicaciones rivales ganen terreno y manteniendo los precios de las aplicaciones innecesariamente altos.
El argumento de Epic: la elección del consumidor está en riesgo
Epic Games ha dejado claro que su batalla legal no se trata solo de sus propios intereses, sino de los derechos de los consumidores. La empresa sostiene que Google, en particular, está engañando a los usuarios haciéndoles creer que las aplicaciones de terceros no son seguras. Tim Sweeney, el director ejecutivo de Epic Games, ha criticado públicamente a Google por utilizar la seguridad como pretexto para empujar a los usuarios hacia sus propios servicios. Señaló que Google había distribuido anteriormente Fortnite ellos mismos, por lo que su postura contra las aplicaciones de terceros parece más una táctica para reducir la competencia que una preocupación genuina por la seguridad del usuario.
Sweeney sostiene que esta manipulación del comportamiento del consumidor es engañosa y dañina. Al hacer creer a los usuarios que los productos de la competencia son inferiores o inseguros, Google y Samsung están reduciendo las opciones de los consumidores y dificultando a los desarrolladores de aplicaciones llegar a su público.
Respuesta de Samsung y Google a la demanda
Samsung, el mayor fabricante de teléfonos Android del mundo, ha negado estas afirmaciones y ha declarado que planean "refutar enérgicamente" lo que describen como acusaciones infundadas de Epic. En su defensa, Samsung sostiene que Auto Blocker se introdujo como parte de su compromiso con la seguridad, la privacidad y el control del usuario. Argumentan que la función está totalmente en línea con sus principios básicos y que los usuarios conservan la opción de desactivarla si así lo desean.
Por su parte, Google ha guardado silencio al respecto y no ha hecho comentarios inmediatos sobre la demanda. Este silencio deja lugar a especulaciones sobre cómo defenderá el gigante tecnológico sus acciones en los tribunales.

Ampliando la batalla a la Unión Europea
Epic Games no limita su lucha a los tribunales estadounidenses. La empresa planea plantear sus inquietudes ante los reguladores de la Unión Europea, una región que desde hace tiempo critica las prácticas comerciales de las empresas tecnológicas. La UE es conocida por sus estrictas leyes antimonopolio y su enfoque en la promoción de la competencia leal, lo que la convierte en un terreno fértil para que Epic cuestione lo que considera un comportamiento monopolístico por parte de Google y Samsung.
Este no es el primer enfrentamiento de Epic con importantes empresas tecnológicas por las políticas de las tiendas de aplicaciones. En 2020, Epic demandó a Google y Apple por las comisiones de sus tiendas de aplicaciones, que pueden llegar hasta el 30 % en los pagos dentro de la aplicación. Epic argumentó que estas tarifas sofocaban la innovación y la competencia, y aunque el caso aún se está resolviendo en los tribunales, ya ha provocado un importante debate sobre la equidad de la economía de las tiendas de aplicaciones.
¿Qué está en juego para el ecosistema de aplicaciones móviles?
El resultado de esta demanda podría tener implicaciones importantes para el ecosistema de aplicaciones móviles. Si Epic gana, podría obligar a Google y Samsung a permitir un mayor acceso a las tiendas de aplicaciones de terceros, lo que reduciría su control sobre la distribución de aplicaciones. Esto podría generar precios más bajos para los consumidores, ya que una mayor competencia en el mercado de aplicaciones probablemente reduciría los costos.
Por otro lado, un fallo a favor de Google y Samsung podría consolidar la estructura actual, en la que las grandes empresas tecnológicas mantienen un control estricto sobre sus plataformas. Esto dificultaría la competencia a los desarrolladores de aplicaciones más pequeños, lo que podría conducir a una menor innovación y a menos opciones para los consumidores.
El panorama más amplio: una batalla por el futuro de los mercados de aplicaciones móviles
En última instancia, esta disputa legal tiene que ver con algo más que Epic Games o incluso con la Fortnite La cuestión central es si estas empresas deberían tener el poder de controlar qué aplicaciones pueden descargar los usuarios y desde dónde.
Los desarrolladores de aplicaciones, las empresas tecnológicas y los reguladores de todo el mundo seguirán de cerca el desarrollo de esta batalla legal. La decisión podría tener consecuencias de gran alcance, que influirán en todo, desde la forma en que se distribuyen las aplicaciones hasta el precio que pagan los consumidores por ellas.
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