De Edward Berger Cónclave es un apasionante drama político que lleva al público a las profundidades del corazón de la Ciudad del Vaticano, donde se desarrollan unas elecciones secretas y de alto riesgo. Adaptada de la novela de Robert Harris de 2016, la película desentraña los turbios juegos de poder, los secretos guardados durante mucho tiempo y las complejidades humanas dentro del proceso de selección papal de la Iglesia Católica. Con actuaciones estelares, una atmósfera meticulosamente elaborada y temas que invitan a la reflexión, Cónclave Es tan entretenido como revelador.
Una partida de ajedrez político en el Vaticano
En el Centro de Cónclave El protagonista es el cardenal Thomas Lawrence, interpretado con una profundidad notable por Ralph Fiennes. Como decano del Colegio de Cardenales, tiene la tarea de supervisar la selección de un nuevo papa tras la muerte repentina del anterior líder de la Iglesia Católica. El proceso de elección no es nada sencillo. Varias facciones surgen dentro de los muros aislados de la Capilla Sixtina, cada una abogando por su candidato preferido. Los principales contendientes incluyen:
- Cardenal Bellini (Stanley Tucci) – El candidato americano de porte refinado.
- Cardenal Adeyemi (Lucian Msamati) – Un clérigo nigeriano que aporta una perspectiva nueva.
- Cardenal Tremblay (John Lithgow) – El canadiense con su propia postura ideológica.
- Cardenal Tedesco (Sergio Castellitto) – El anhelo tradicionalista italiano de volver a las antiguas doctrinas.
- Cardenal Benítez (Carlos Diehz) – Una incorporación de último momento, la del arzobispo de Kabul, cuya presencia sacude todo el proceso.
Aunque Lawrence no busca el papado, se ve profundamente enredado en el drama que se desarrolla, tratando de navegar a través de las ambiciones en competencia, los secretos personales y las batallas ideológicas que amenazan con dividir a la Iglesia.
Una mezcla atractiva de realidad y ficción
La película equilibra el realismo con una narrativa creativa, combinando a la perfección la historia, los rituales religiosos y el drama especulativo. Retrata las antiguas tradiciones del cónclave con gran detalle, desde el aislamiento de los cardenales hasta el momento icónico del humo blanco que anuncia la elección de un nuevo papa. Sin embargo, no elude los aspectos más oscuros de la Iglesia, incluidos los escándalos pasados y las luchas de poder que influyen en la elección.
La adaptación del guionista Peter Straughan es precisa y compleja, lo que garantiza que el diálogo siga siendo natural y convincente. El guion evita la exposición innecesaria y, en cambio, permite que las interacciones entre los personajes y las revelaciones oportunas hagan avanzar la narrativa. El ritmo de la película es constante y genera suspenso gradualmente a medida que cada ronda de votación aporta nuevos giros y aumenta la tensión.

Profundidad visual y temática
Cónclave La película es visualmente impactante, gracias al exquisito diseño de producción de Suzie Davies y a la evocadora fotografía de Stéphane Fontaine. El uso de rojos carmesí intensos y negros profundos subraya la gravedad del cónclave, mientras que los primeros planos dramáticos capturan los conflictos internos de los personajes. La dirección de Berger mantiene un equilibrio entre el movimiento y la quietud, permitiendo que el peso de cada escena se asiente mientras se mantiene vivo el impulso.
Temáticamente, la película explora la naturaleza de la fe, el deber y la falibilidad humana. La crisis de fe personal del cardenal Lawrence sirve como ancla emocional, reflejando las tensiones más amplias dentro de la Iglesia. Su momento de introspección, contemplando la obra de Miguel Ángel, El juicio final, es una poderosa metáfora visual de sus luchas internas y las cuestiones existenciales más amplias que enfrenta la institución.
Un clímax que divide opiniones
A medida que la historia se acerca a su conclusión, fuerzas externas comienzan a inmiscuirse en el mundo aislado del Vaticano. Convulsiones políticas, transgresiones pasadas y revelaciones impactantes sacuden los cimientos del cónclave. Si bien estos elementos se suman al drama, algunos giros finales parecen demasiado dramáticos y algo inverosímiles. La revelación final de la película, aunque significativa, llega demasiado abruptamente para tener el impacto total que pretende.
Veredicto final: una película imprescindible para los amantes del drama político
A pesar de algunos errores narrativos, Cónclave Sigue siendo una película cautivadora y que invita a la reflexión. La dirección de Berger, combinada con las poderosas interpretaciones (particularmente las de Fiennes), eleva la historia más allá de un thriller político convencional. Ya sea que uno se sienta atraído por la película por su intriga religiosa, sus maniobras políticas o su drama humano, Cónclave ofrece una experiencia cinematográfica muy gratificante.
Para aquellos que aprecian películas como The Two Popes or Tinker Tailor Soldier Spy, Cónclave es una película imprescindible que ofrece una visión apasionante de un mundo de secreto, poder y fe.
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