La rica mitología de la Tierra Media siempre ha sido un tesoro de historias no contadas. La Guerra de los RohirrimEl director Kenji Kamiyama explora una de esas leyendas, profundizando en los orígenes del Abismo de Helm, la icónica fortaleza de Las dos torresEsta precuela de anime ofrece tanto la grandeza familiar como nuevas interpretaciones del mundo de Tolkien, pero lucha por capturar completamente la magia que los fanáticos esperan.
Una historia de venganza y resiliencia
Ambientada 183 años antes de los acontecimientos de la trilogía original, La Guerra de los Rohirrim narra el asedio de la antigua fortaleza de Cuernavilla, más tarde conocida como el Abismo de Helm. La historia se centra en Helm Manomartillo, rey de Rohan (con la voz de Brian Cox), y su hija, Héra (con la voz de Gaia Wise). Cuando Wulf, un señor dunlendino, busca venganza por la muerte de su padre, Helm y su gente se ven obligados a una última y desesperada resistencia contra adversidades abrumadoras.
Héra surge como una figura central, encarnando un espíritu proto-Éowyn: desafiante, valiente y decidida a desafiar las expectativas sociales. Sin embargo, si bien la narrativa intenta darle un arco fuerte, a menudo se inclina hacia la previsibilidad, lo que la convierte más en un recurso narrativo que en un personaje completamente desarrollado.
La grandeza visual se encuentra con la influencia del anime
Visualmente, la película es un festín para la vista, que combina la grandiosidad de las películas de Peter Jackson con el toque pictórico del Studio Ghibli. Las llanuras azotadas por el viento de Rohan, las almenas cubiertas de nieve y los jinetes solitarios frente a horizontes infinitos evocan tanto la majestuosidad de la Tierra Media como la belleza melancólica de los clásicos de Ghibli como La princesa MononokeEsta estética eleva la película, especialmente durante los momentos de introspección tranquila o batallas con una atmósfera inquietante.
Sin embargo, la película suele abandonar esta sensación de asombro en favor de una acción incesante. Si bien las secuencias de batalla son dinámicas e intensas, a veces resultan abrumadoras y eclipsan los aspectos más tranquilos y meditativos que hicieron que el mundo de Tolkien fuera tan encantador.
Las fortalezas y debilidades de la narración
En su centro, La Guerra de los Rohirrim está impulsado por temas de venganza, resiliencia y legado. El guión, escrito por un equipo que incluye a Philippa Boyens de The Lord of the Rings La fama crea una historia impregnada de una narrativa mítica. Sin embargo, el diálogo falla a veces y cae en una exposición torpe que perturba la experiencia inmersiva. Esta inconsistencia obstaculiza el peso emocional de los momentos clave, lo que hace que la narrativa parezca desigual.
El villano, Wulf, es otro punto de discordia. Si bien sus motivaciones son claras y tienen su raíz en una venganza personal, su interpretación como antagonista habitual (melancólico y obstinado) carece de profundidad, lo que disminuye lo que está en juego en el conflicto.
Una lucha entre la reverencia y la innovación
El mayor desafío de la película radica en su sentido de obligación hacia el legado de Tolkien y las adaptaciones de Jackson. Busca honrar la tradición y al mismo tiempo forjar su propia identidad, pero esta dualidad la deja atrapada entre dos mundos. En sus mejores momentos, canaliza el surrealismo del anime y la introspección de Ghibli, pero estos casos son demasiado escasos y espaciados.
Los fanáticos de la Tierra Media encontrarán satisfacción en la expansión del universo cinematográfico que ofrece la película, en particular en su exploración de la historia de Rohan. Sin embargo, para los espectadores ocasionales o aquellos que buscan la grandiosa grandeza de la trilogía de Jackson, la película puede parecer un eco menor de sus predecesoras.
Reflexiones finales: un viaje con resultados dispares pero que vale la pena
El señor de los anillos: la guerra de los rohirrim es una ambiciosa pero desigual incorporación a la saga de la Tierra Media. Si bien no logra capturar la majestuosidad épica de las películas de Jackson ni la extravagancia de las adaptaciones anteriores, ofrece suficiente esplendor visual e intriga mítica como para merecer una mirada, especialmente para los entusiastas de Tolkien.
Para aquellos dispuestos a aceptar sus defectos, la película ofrece una mirada al pasado histórico del Abismo de Helm, enriqueciendo el tapiz de la Tierra Media. Sin embargo, también sirve como recordatorio de que algunas leyendas, por intrigantes que sean, es mejor dejarlas como cuentos susurrados en los apéndices.
Clasificación: 3.5/5
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